jueves, 11 de marzo de 2010

18 de Enero 2010
La banda tributo Björn Again toca en el Luna Park


ABBA está vivo y ahora viene desde Australia
El negocio de la banda pop más famosa surgida de Suecia no para y produce millones y bandas tributo. La más conocida se presenta ahora en Buenos Aires.


Que nadie sienta que es una blasfemia si decimos que los ABBA son los Beatles de la música pop jinglera: los “cuatro de Suecia” se separaron hace tres décadas y aún hoy siguen vendiendo millones de copias por año, sus canciones son reconocibles al segundo acorde y, lo que los convierte en fenómeno a la altura de los “cuatro de Liverpool”, dieron origen a decenas de bandas tributo: por todo el mundo circulan cuartetos enfundados en trajes estilo disco, con la misión de reavivar temas como “Dancing Queen”, “Money, Money Money” o “Mamma Mia”. Una de las bandas más famosas es la australiana Björn Again, que se presentará el próximo martes en el Luna Park para festejar su 20º aniversario. Según anuncian sus miembros, es “la única banda aprobada y apoyada por la misma Agnetha Fältskog, voz principal del grupo ABBA entre 1972 y 1982”. Los ABBA originales saltaron a la fama en 1974 con un dato que los posicionó como la banda comercial perfecta: estaba integrada por dos parejas sentimentales –y se desintegraría, obviamente, con el divorcio de cada una de ellas–. Benny Andersson se había casado con Anni-Frid Lyngstad (mejor conocida como Frida) y Björn Ulvaeus con Agnetha Fältskog. Con melodías pegadizas y letras fáciles de recordar, los ABBA construyeron su sonido con las armonías de las voces femeninas y el llamado “muro de sonido”, un efecto musical creado por el célebre productor Phil Spector (hoy condenado por asesinato), que consistía en grabar las voces por separado creando luego varias copias de esa cinta y reproduciéndolas con una separación de milisegundos.

A los 18 años, Benny Andersson era miembro de una famosa banda que hacía covers rockeros mientras que Björn Ulvaeus pertenecía a un grupo popular sueco de música folclórica. Cada tanto las bandas se cruzaban, y en una de esas ocasiones decidieron escribir una canción juntos. Mientras tanto, Agnetha Fältskog ya tenía un disco grabado a los 17 años. Anni-Frid “Frida” Lyngstad también había sido una niña precoz: cantaba desde los 13 años, tenía su propia banda, se presentaba en cabarets y había ganado algunos concursos: fue en uno de ellos donde conocería a Benny, quien se convirtió en su productor y futuro marido. Para entonces, Agnetha y Björn también se habían cruzado en algunos concursos y se habían enamorado. Como una especie de comedia romántica musical, la semilla de ABBA germinó durante unas vacaciones en Chipre. Era 1970, los cuatro estaban en la playa y, para no aburrirse, se pusieron a cantar. La zapada se convirtió en un show para los Cascos Azules que estaban en la isla. Al regresar, Björn y Benny sacaron un disco juntos, sin mucho éxito: necesitaban de las chicas. En 1972, a pesar de tener proyectos individuales, los cuatro grabaron una canción llamada “People Need Love”, y se presentaron en la televisión sueca. Entonces se dieron cuenta de que algo estaba por suceder.

Pero lo que necesitaban era un nombre que se pudiera pronunciar en todo el mundo: fue el productor Stig Anderson quien empezó a llamarlos ABBA (que también funcionaba como chiste porque era el nombre de una compañía de mariscos sueca, con la que luego debieron negociar el nombre). Con un disco en la calle, un nombre y un logotipo con la primera “B” invertida, sólo faltaba el salto mundial, que vendría con el concurso Eurovisión, como puntapié para una carrera de ocho años de escalada ininterrumpida y de hits como “Fernando”, “Chiquitita”, “Money, Money Money”, “Dancing Queen” –presentada durante la gala en honor a la boda del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia y la reina Silvia– y sus respectivas versiones en castellano grabadas en la Argentina para el disco Gracias por la música.

Tras una década de ascenso y leve caída, hacia 1982 el cuarteto estaba casi desintegrado: se habían divorciado y después de ocho discos grabados en estudio el fervor del público empezaba a declinar. Diciembre de ese año fue el punto final para una banda que a partir de los 90 resurgiría a través de compilados, de covers como los de Erasure y, sobre todo, a través del cine. Dos películas australianas –anticipándose a Mamma mia, de 2008– homenajearían a ABBA desde su banda de sonido: Las aventuras de Priscilla, reina del desierto y El casamiento de Muriel. Los ABBA nunca más se juntarían –hicieron caso omiso a la oleada de revivals– pero, al parecer, tampoco lo necesitan: llevan vendidos 400 millones de discos y la cifra crece año a año.

Hasta con acento Sueco
No es casual que los Björn Again –una de las bandas tributo a ABBA más famosas del mundo– sean australianos. En 1975, el grupo sueco despertó una suerte de delirio entre el público de Melbourne y Sydney, ciudades donde se empezaron a ver en TV los videos de los temas “S.O.S” y “Mamma Mía” de manera continua. Presentados por primera vez en 1988 en un pub de la capital australiana, los Björn Again se hicieron famosos en todo el mundo –dicen que Putin es fan de ellos– por montar un show paródico en el que no sólo imitan las canciones de ABBA sino que impostan un acento sueco. Además, se autobautizaron con apellidos “chistosos” en alusión a los nombres de los miembros originales: Agnetha Falstar (“falsa estrella”), Benny Anderwear (“ropa interior”), Frida Longstokin (“medias largas”), y Björn Volvo-us. (“Volvo” no necesita traducción, ¿no?).


Artículo Original: AQUI
Publicado por: Crítica Digital - Argentina.